Por Hugo Rojas — Coach, escritor, formador y líder de proyectos transformadores
Hay una revolución silenciosa en el mundo del liderazgo y la comunicación. Una que no se grita, no se proclama en pancartas ni en discursos encendidos. Es una revolución que comienza en el cuerpo. No en la mente racional, ni en la voluntad discursiva. Es una revolución somática: un liderazgo que se expresa desde la postura, la respiración, la energía y la presencia. A esto lo llamamos autoliderazgo somático.
Y aunque muchos lo ignoran, este tipo de liderazgo es el más profundo y transformador que un ser humano puede desarrollar.
¿Qué es el autoliderazgo somático?
La palabra "soma" proviene del griego y significa “cuerpo vivido”. No se trata solo del cuerpo físico, sino del cuerpo que siente, que se expresa, que guarda memoria, que comunica incluso antes de hablar. El autoliderazgo somático es la capacidad de autorregularse, liderarse y proyectarse desde el cuerpo, entendiendo que toda acción y toda palabra nacen desde un lugar físico-emocional.
Como afirma Richard Strozzi-Heckler, pionero del coaching somático:
“No se trata solo de lo que decimos, sino del estado corporal desde el cual lo decimos.”
Cuando un líder entra en una sala, su cuerpo ya está hablando: su postura transmite si tiene autoridad o duda, su respiración revela si está presente o disperso, su tono muestra si hay conexión o desconexión.
No lideras con lo que sabes, lideras con lo que eres
La mente puede entrenarse con información, pero el liderazgo se cultiva en la práctica del ser presente. Y esto no se logra solo con palabras bonitas o estrategias. Se logra con cuerpo presente, con hábitos que alinean emoción, mente y acción.
Aquí es donde muchos se equivocan. Creen que ser un buen orador o tener una gran idea basta. Pero el cuerpo no miente. Puedes decir “confío en ti”, pero si tus hombros están caídos, tu mirada esquiva y tu respiración agitada, el otro lo sentirá.
La coherencia nace del cuerpo, no solo del discurso.
¿Y qué tiene que ver esto con los jóvenes del interior?
Mucho.
Los jóvenes de zonas menos favorecidas no solo enfrentan carencias económicas o educativas. Enfrentan carencias de representación, de visibilidad, de autoestima social. Han aprendido a mirar hacia abajo, a hablar en voz baja, a dudar de su poder.
Y eso, como coach y formador, lo veo cada semana.
Por eso no basta con darles conocimiento técnico. Hay que enseñarles a habitar su cuerpo con dignidad. A caminar erguidos, a respirar profundo, a usar su voz con firmeza. A liderarse desde adentro para luego transformar su entorno.
Como dice un antiguo proverbio africano:
"Cuando no hay enemigo adentro, el enemigo afuera no puede hacerte daño."
Prácticas para cultivar el autoliderazgo somático
No necesitas un escenario para comenzar. Solo necesitas intención y práctica diaria:
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Respira conscientemente:
Tres veces al día, detente y toma tres respiraciones profundas. La respiración ancla tu presencia. -
Observa tu postura:
¿Estás colapsado o erguido? ¿Tu cuerpo dice “estoy listo” o “no puedo”? -
Habla desde el abdomen, no solo desde la garganta:
La voz que nace del centro del cuerpo tiene más poder y conexión. -
Camina como líder:
No se trata de prepotencia, sino de presencia. Camina como alguien que merece estar donde está. -
Escucha tu cuerpo:
¿Dónde guardas la tensión? ¿Qué dice tu cuerpo cuando estás frente a una decisión?
El nuevo liderazgo no se impone, se encarna
Los tiempos han cambiado. Ya no basta con liderar con diplomas o jerarquía. Hoy, lidera quien encarna su mensaje, quien inspira desde su coherencia, quien proyecta desde su autenticidad.
Como mencionó Brené Brown en su famoso TED Talk sobre el poder de la vulnerabilidad:
“La autenticidad es la práctica diaria de dejar de lado quién creemos que debemos ser y abrazar quienes somos.”
Y esa autenticidad comienza en el cuerpo. En reconocer nuestras tensiones, habitar nuestras emociones y proyectar desde un lugar íntegro.
Mi compromiso como líder político y formador
Desde mi experiencia como coach, escritor y futuro servidor público, estoy convencido de que el verdadero cambio comienza dentro de cada persona. En cada joven que aprende a levantar la mirada, a hablar con firmeza, a caminar con propósito.
Es por eso que impulso programas de formación donde el cuerpo también es protagonista. Donde enseñar a hablar en público incluye enseñar a sentirse merecedor de ser escuchado. Donde el liderazgo no es una técnica, sino un estilo de vida.
Porque solo cuando un joven se lidera a sí mismo desde el cuerpo, podrá liderar a su familia, a su comunidad y, por qué no, a su país.
Para terminar: no olvides esto
“Tu cuerpo es tu primer discurso. Haz que cuente.”
– Hugo Rojas
Si este artículo te resonó, compártelo con alguien que necesite recuperar su centro. Y si estás formando líderes o soñando con transformar tu comunidad, recuerda: empieza por ti. Empieza por tu cuerpo.
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